domingo, 24 de agosto de 2008

TRANSGENICOS VERSUS ORGANICOS ¿ADONDE ESTA EL VENENO?

Editorial
El debate sobre la introducción de transgénicos en la agricultura peruana tiene tantas aristas-como lo ha señalado el Ministro Antonio Brack-que amerita un serio debate nacional. Este debate debe permitir evaluar el impacto que los transgénicos, de ser introducidos en la agricultura,pueden tener en la alimentaciòn y economìa de todos los peruanos.

Lo cierto es que si queremos exportar maca roja, extraordinaria medicina natural para la pròstata. por valor de 300 millones de dólares como lo propone el biòlogo Destefano de la Universidad Cayetano Heredia, tenemos que recurrir a su modificaciòn genética para realizar cultivos a escala. El Perù ya ha avanzado un trecho en modificar genéticamente cultivos como los mangos y espàrragos. Tendrìa que hacerlo pronto con la lúcuma y varios productos de exportaciòn incluída la papa, que debe ser mejorada para hacerla exportable según un sector de los expertos consultados.
Los miembros de la RAE (red agraria ecològica) discrepan de estos argumentos de un sector de los cientìficos y afirman que el Perù no debe incluir en el menú nacional los alimentos transgénicos. Señalan que estos productos son mucho mas saludables. Además-y éste es su argumuento mas sólido para muchos entendidos-para un paìs agrodiverso como Perú la introducciòn de los transgénicos serìa como una segunda conquista extranjera, liquidándose en corto tiempo las fuentes de germoplasma para papa,maìz y mas de 160 productos originarios. Señalan que la polinizaciòn invadirìa con transgénicos los cultivos orgánicos, eliminando un diferencial que hoy tiene el Perù al poseer plantas alimenticias y medicinales que tienen gran demanda mundial. Llaman a repetir el éxito del café orgánico con otros productos andinos.
Nosotros pensamos que el debate iniciado debe defender claramente el derecho de los consumidores a comprar alimentos orgánicos, debe protegerse la agricultura y las cuencas que producen alimentos tradicionales y que son fuentes de variedades orginarias, asì como estimularse con grandes inversiones su desarrollo exportador y para el mercado local. Algo más, pensamos que el estado debe promover sin cortapisas que en las loncheras escolares, comedores populares y comedores de todo el sector pùblico, se introduzca como norma el consumo de productos orgánicos peruanos. Mas aún, en una segunda fase, la opciòn de alimentos orgánicos debe ser obligatoria en todos los servicios de autoservicios y restaurantes del paìs. Somos un paìs con raìz andina, los alimentos orgánicos son buenos para la salud y debemos comer lo nuestro.
Sin embargo,es evidente que el desarrollo exportador y los requerimientos de alimentar a la poblaciòn, pueden hacer necesario introducir ciertos tipos de productos transgénicos. Esa selecciòn debe además estar rodeada de las mayores precauciones y mecanismos de bioseguridad. Por ejemplo el uso de plantas autògamas, es decir que no polinizan y por lo tanto no dispersan esporas con los vientos a los campos orgánicos. Otra precauciòn serìa la difusiòn de transgénicos en campos ganados al desierto y en cuencas adonde no existan cultivos originarios que deben preservarse. Una suerte de cuarentena que regule el proceso para evitar los daños a la biodiversidad del paìs.
Un punto fundamental es la liberaciòn de las patentes de transgénicos, impidiendo que el paìs dependa de una sola transnacional que controla el 80% del negocio en el mundo. Palabras mayores que requieren acuerdos internacionales que liberalicen la industria de transgénicos en el mundo permitiendo adquirir las semillas en un mercados mas diversificado.
Publicamos dos interesantes trabajos que resumen posiciones. Por un lado dos destacados especialistas de IDEA y de la Red Agrícola Ecologica-RAE que sustentan argumentos a favor de la agricultura sin transgénicos. Por otro la web Bibliomed-una de las mas autorizadas webs de medicina en habla hispana-que fundamenta a favor del uso de los alimentos transgénicos en el mundo.
Todos los especialistas y ciudadanos están convocados para opinar en este blog escribiendo sus comentarios y artìculos a http://paisverdeperu.blogspot.com/
Julio Schiappa Pietra
Editor
A FAVOR DE LOS ALIMENTOS ORGANICOS
Revolución verde, agroquímicos, biotecnología moderna, transgénicos...una misma filiación que nos lleva a la decadencia
Por:Silvia Wú Guin* y Fernando Alvarado de la Fuente**
Los oncólogos estadounidenses Dr. Th. Slage y Dr. R. Shearer, del Centro de Investigación Hutchinson, en Seattle (Washington), precisaron en marzo de 1976, que el 80% de las enfermedades cancerosas en el ser humano, son causadas por los productos químicos en el ambiente y el 20% por productos químicos en los alimentos. La OMS en 2002 precisó que el número de personas que murió de cáncer alrededor del mundo,7.6 millones, fue superior a los 5.6 millones que en total murieron por VIH/SIDA, malaria y tuberculosis. El cáncer es pues actualmente, el riesgo permanente que amenaza nuestra salud. Para analizar las causas, sólo detengámonos en el dato de los expertos que indica que el 20% del cáncer es causado por los productos químicos en los alimentos. Recordemos a su vez, que el origen y el estilo de producción está marcado por varios enfoques. ¿Cuál de esos enfoques de producción revelarán atajos hacia el cáncer ¿la agricultura ecológica? ¿la "revolución verde" con sus agroquímicos sintéticos? ¿la biotecnología "ultra moderna" con sus semillas transgénicas?. Veámoslo por partes
La revolución verde
Hace 50 años que se viene impulsando la llamada "revolucion verde", basada en un paquete tecnológico con uso intensivo de productos químico-sintéticos, dentro de los cuales destacan los abonos nitrogenados, los pesticidas de amplísima especialización y las semillas mejoradas y en la ultima década las transgénicas. El profesor W. Schuphan (1971), director del Instituto Nacional de la Investigación de la Calidad, de Geisenheim (Rhin), describe el círculo vicioso al que nos somete la agricultura de la revolución verde "El uso exagerado de fertilizantes nitrogenados provoca un alto grado de susceptibilidad a contraer enfermedades o parásitos en las plantas alimenticias. Esto obliga a un empleo masivo de pesticidas químicos. Además el alto contenido de nitrógeno (que utiliza la agricultura convencional) reduce los minerales y las vitaminas en las plantas, tan necesarias para la salud del hombre". A partir de ello, lo que nosotros observamos además, no sólo es un círculo vicioso, más bien, una espiral ... Nitratos y cáncerLa evidencia científica nos indica que existe una correlacion directa entre el consumo de alimentos, o de agua, con exceso de nitratos y la ocurrencia de cánceres gástricos y la elevada mortalidad durante los primeros días de vida de los neonatos cuando sus madres ingirieron altas cantidades de nitratos, debido principalmente a malformaciones que afectan el sistema muscular, el óseo y el nervioso central (CRIE, 2002). Los nitratos también pueden formar compuestos cancerígenos con ciertos residuos de plaguicidas, como con los dicarbamatos (fungicidas).
Plaguicidas y demás males en la salud
El uso de pesticidas por parte de la revolución verde ha venido generando reducción de la fertilidad masculina, enfermedades neurológicas, reducción del crecimiento, anormalidades fetales, síndrome de fatiga crónica en niños y mal de Parkinson. Por supuesto, también está contribuyendo enormemente al incremento del índice de cáncer, ya que, los residuos de pesticidas están entre las tres mayores causas de cáncer. Las mujeres con cáncer de mamas tienen cinco a nueve veces más frecuencia de tener residuos de pesticidas en su sangre que aquéllas que no. Estudios previos demostraron que aquéllas con exposición laboral a pesticidas tienen tasas más altas de cáncer. Por su parte, el gobierno británico encontró residuos de pesticidas en un tercio de los alimentos y más grave aún, más de un agroquímico en manzanas, pan, lechugas, papas y fresas; el uso de más de un agroquímico potencia los efectos adversos. La revolución verde y la biotecnología moderna de los transgénicosLos defensores de los transgénicos podrían sentirse aliviados porque sólo hemos referido las consecuencias de la primera etapa de la revolución verde, las que ya no se pueden acallar ni ocultar pues al cabo de más de 40 años la suma de evidencias es abrumadora, los daños cuantiosos y hasta los científicos pro-transgénicos aceptan esta realidad. Así por ejemplo, en una entrevista periodística aparecida en el diario oficial El Peruano (5 agosto 2008), un conocido científico asegura que "No hay debates sobre los fertilizantes y los insecticidas químicos. Tenemos manzanas bellas, pero llevan insecticida dentro,... lo cual es probadamente dañino y produce cáncer". Lo peculiar de la entrevista no radica en que los científicos admitan ahora el perjuicio de los agroquímicos sintéticos, lo singular es que traten de hacer un deslinde entre agroquímicos sintéticos y transgénicos como si tuvieran un origen distinto y una perspectiva diferente. Lo verídico es que agroquímicos sintéticos y transgénicos comparten una misma genealogía y, es nuestro deber difundirlo. Las semillas transgénicas basan su visión en el mismo sistema impulsado por la revolucion verde de los años 50, esto es, el uso de fertilizantes y pesticidas químicos de síntesis. Sólo han variado las semillas mejoradas por las semillas transgénicas; todo lo demás sigue siendo válido, aunque pretendan decir que se usará menos. Compartiendo los mismos progenitores, los estudios demuestran que los alimentos
transgénicos son inclusive más peligrosos, pues las características de su resistencia no son externas, sino han sido incorporadas al interior de su mapa genético. Así, la semilla transgénica de maíz Bt está preparada para resistir plagas porque cada una de sus células contiene el Bacillus thuringiensis, una bacteria que produce sustancias tóxicas para los insectos.
Alergias y Cáncer
En consecuencia, el uso de agroquímicos ya no sólo se restringe a las aplicaciones externas, sino están incluidas en la genética de lo que pretenden sean nuestros alimentos cotidianos. En los países desarrollados en donde se consume soya transgénica se observa un incremento sustancial en las alergias a este alimento. Otra observación es la resistencia a antibióticos y, fuera del ámbito de la salud, la destrucción de la biodiversidad, la inseguridad alimentaria (ver artículo "Los alimentos transgénicos como falsa solución al hambre" de Sacha Barrio) y el control de las semillas por unas pocas compañías se suma a la lista de consecuencias indeseables (ver artículo ‘Transgénicos: el prontuario criminal de Monsanto’, de Fernando Glenza). Según la OMS, el cáncer aumentó en 19% en todo el mundo entre 1990 y 2000, principalmente en los países en desarrollo. ¿Será porque en nuestros países cada vez usamos más agroquímicos y los países desarrollados procuran usar menos y cada vez consumen más alimentos ecológicos?
La agricultura ecológica
¿Realmente no hay otra solución tecnológica? En realidad sí existe y ha existido desde siempre y se llama agricultura ecológica. Si observamos el enfoque de la agricultura ecológica, ésta procura usar técnicas compatibles con las leyes de la naturaleza, prohíbe el uso de fertilizantes, pesticidas químicos de síntesis y transgénicos por lo que la exposición al peligro de enfermedades tan graves como el cáncer disminuye. A la par, los estudios científicos refieren que la calidad nutricional de los productos ecológicos es muy superior a la calidad de los productos obtenidos con la revolución verde, también denominados 'convencionales'. Esta mayor calidad biológica de los alimentos ecológicos se ha comprobado en diferentes pruebas biológicas. La más antigua se realizó en Nueva Zelanda en los años 40 (Daldy, 1940), donde se comparó el efecto de la dieta ecológica en escolares, a los cuales se les suministró estos alimentos durante dos años. Al cabo de este tiempo, se comprobó que su salud dental era mucho mejor, presentaban mayor resistencia a la fractura de huesos, la incidencia de gripe y resfriados habia disminuido notablemente, su tiempo de convalescencia era menor y su salud en general era mucho mejor. Por supuesto que esta evidencia fue negada por décadas, tal como se negó el efecto dañino del tabaco en los años 50 (ver artículo 'Tabaco y transgénicos con T de trampa", de Fernando Alvarado), dándose a conocer estudios que afirmaban "los alimentos ecológicos tienen la misma cantidad de nutrientes que los convencionales", los cuales fueron difundidos por científicos mercenarios. A mediados de los años 70, los trabajos de Schuphan (Schuphan, W. 1975. "Yield Maximization versus biological value". Qual. Plant. 24, 281-310) como resultado de 12 años de investigación, mostraron que los productos ecológicos superaban a los convencionales en el contenido de proteínas (18%), vitaminas (28%), azúcares totales (19%) y en minerales, como el hierro (17%), potasio (18%), calcio (10%) y fósforo (13%). A la par, se demostró que los alimentos ecológicos nos aleja de componentes indeseables porque llevan 93% menos de nitratos, 42% menos de aminoácidos libres y 12% menos de sodio. Los estudios realizados por la Rutgers University (Heaton, 2002) de Reino Unido, prueban la superioridad de las hortalizas ecológicas en el contenido de minerales, el cual es mayor en 10 y 50 veces al contenido de aquellas convencionales que se han obtenido por la revolución verde. Otros estudios realizados en Reino Unido en 1992 concluyeron (Heaton, 2002) que una mejora en el suministro de vitaminas y minerales a través de alimentos ecológicos, podría reducir el cáncer en un 20%, las enfermedades cardiacas en un 25%, la artritis en un 50% y el alcoholismo en 33%.
Union Europea comprobò que "alimentos ecológicos son mejores"
En 2007, oficialmente, y luego de un estudio de dos años que costó 20 millones de dólares a la Unión Europea, se reafirmó que los alimentos ecológicos son mucho mejores. Entre muchos resultados se dio a conocer, por ejemplo, que los alimentos ecológicos pueden tener de 20% a 90% más antioxidantes, sustancias que tienen la cualidad de ser anticancerígenas. Igualmente convincente resultan los estudios con seres humanos alimentados con productos ecológicos, los cuales demuestran efectos provechosos reales sobre su salud. Así se tiene que, las terapias alternativas para curar el cáncer han logrado buenos resultados basándose en el consumo exclusivo de alimentos orgánicos (Independent Science Report, 2007). Las terapias nutricionales anti-cáncer buscan evitar en lo posible contaminantes y toxinas, y más bien, promueven el consumo exclusivo de alimentos ecológicos para aumentar la ingesta de nutrientes. ConclusiónLa revolución verde dio a luz agroquímicos con el argumento de ser la salvación y el camino para la obtención de grandes cantidades de alimentos; la historia ha demostrado que ni han logrado incrementar sostenidamente la producción ni menos han resultado ser la salvación al hambre del mundo. La biotecnología moderna con sus transgénicos, tiene la misma raíz de origen y se presenta con el mismo argumento ¿deberíamos ser igualmente crédulos y admitir su promoción en el Perú? La buena memoria, el buen criterio y la sensatez nos lleva a recomendar y preferir el consumo de alimentos ecológicos que ya tenemos en las bioferias (Miraflores, San Isidro en Lima y, en las ciudades de Huancayo y Huánuco), también en las casas de comercio justo (K’antu, en Lima; Qosqowasinchis, en Cusco; La Casa del Corregidor, en Puno), el Punto Justo y Sano de San Borja y la BioTienda en Miraflores. Evitemos los alimentos convencionales, especialmente los más fumigados con pesticidas como el tomate, la cebolla, la papa, la manzana y la fresa. No consumamos alimentos transgénicos que predominan en los alimentos procesados con soya, maíz y canola.
Moratoria por 5 años
Finalmente, exijamos la moratoria por cinco años al ingreso de transgénicos al Perú y también, la promulgación inmediata de la Ley del etiquetado, con la cual podamos conocer aquellos alimentos que contienen transgénicos en su composición, propuesta ya presentada pero que actualmente duerme en el Congreso. Sumemos voluntades y esfuerzos, la sociedad civil es mayoría y podemos hacer valer nuestros derechos

* Directora Ejecutiva RAE Perú, silviawuguin@hotmail.com
**Presidente Centro IDEAS, Vice Presidente RAE Perú, bioferdi@hotmail.com
A FAVOR DE LOS TRANSGENICOS
Alimentos transgénicos: cuando lo mismo de siempre no se hace igual
Por:Web Bibliomed
La modificación genética de los organismos que constituyen la dieta cotidiana de la humanidad ya es un hecho, aunque no falta controversia al respecto, pues si bien unos consideran que ofrece múltiples beneficios, organizaciones ecologistas cuestionan su eficacia y le atribuyen varios peligros.
En la década del 90, la aparición en los mercados de varios países de los alimentos modificados genéticamente suscitó temores y reticencias por parte de los consumidores, ciertas organizaciones no gubernamentales y algunos estados (particularmente los integrantes de la Comunidad Europea).
Por alimento transgénico o modificado genéticamente se entiende aquel organismo en el cual, mediante ingeniería genética, se ha introducido un gen de otro organismo o se le ha suprimido o modificado un gen propio. Esta modificación genética permite que el organismo, en este caso vegetal, produzca una nueva proteína o deje de producir una proteína del organismo original.
Los alimentos transgénicos pueden ser clasificados en dos grupos: los organismos transgénicos que llegan a la mesa del consumidor en su forma original (actualmente se encuentran en el mercado tomates, papas, hortalizas, yogures y otros lácteos fermentados) y los organismos transgénicos que son utilizados como materia prima para elaborar otros alimentos (los que se nutren de los productos derivados de la soya modificada genéticamente son un buen ejemplo de esta segunda categoría).
Beneficios presentes y futuros
"En la actualidad se comercializan cerca de setenta alimentos transgénicos en todo el mundo, la gran mayoría de ellos en países como Australia, Canadá, Japón y los Estados Unidos” -dijo el doctor Daniel Ramón Vidal, investigador del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos de Valencia, España.
“Se calcula que hay más de trescientos alimentos en las últimas fases de experimentación o las primeras de comercialización. Por el contrario de lo que mucha gente piensa, estos desarrollos ofrecerán soluciones a problemas bien distintos", continuó Vidal.
"Por el momento, los beneficios que aportan los alimentos transgénicos no son tan evidentes para el consumidor como lo son para el productor y para el medio ambiente", afirma el doctor John Thomas, investigador del Health Science Center de la Universidad de Texas (Estados Unidos). Los vegetales transgénicos disponibles permiten reducir la utilización de pesticidas y herbicidas; de esta forma, es posible reducir los costos y se aumenta la productividad de la tierra.
Además, la disminución del uso de productos tóxicos como los herbicidas y pesticidas es positiva para el medio ambiente. La provincia del Chaco, Argentina, por ejemplo, siempre ha referido tasas extremadamente altas de cáncer y defectos congénitos entre los recolectores de algodón y sus descendientes, relacionados con el uso de pesticidas en estos cultivos; la introducción de variedades transgénicas de algodón que no requieren del uso de pesticidas permitirá evitar tan costosas secuelas para la salud de estos trabajadores.
"En cuanto a los beneficios de los alimentos transgénicos para los consumidores -continúa el doctor Thomas-, estos se verán en el futuro, cuando salgan de los laboratorios muchos de los productos que actualmente se encuentran en distintas fases de experimentación". Alimentos fortificados con vitaminas y micronutrientes esenciales, por ejemplo, serán de gran utilidad para combatir las deficiencias nutricionales que padece un elevado porcentaje de la humanidad. Incluso se está experimentando con la creación de alimentos que contengan productos medicinales, los alimentos que contengan vacunas son un buen ejemplo de ello.
Otro ejemplo de alimento transgénico que debe salir al mercado en los próximos años es el arroz genéticamente modificado, cuyo nombre es arroz dorado (golden rice, en inglés). Este arroz, actualmente desarrollado en laboratorios de distintos países,Suiza, principalmente, se ha modificado genéticamente para que contenga más micronutrientes, como la vitamina A y el hierro.
Los temores de la población
Con respecto a los riesgos que la modificación genética de los alimentos podría tener para la salud humana, es importante dejar en claro que hasta el momento no existe ninguna evidencia científica que respalde. Si bien toda nueva tecnología conlleva riesgos potenciales, "los alimentos modificados genéticamente son tan seguros y presentan tantos riesgos para la salud como los alimentos convencionales", señala el doctor Thomas.
Los alimentos genéticamente modificados que han sido aprobados para su comercialización tienen casi la misma composición que los productos convencionales; en otras palabras: son nutricionalmente equivalentes. Las proteínas producidas en estos alimentos por los genes modificados o introducidos se encuentran presentes en el organismo vegetal en niveles extremadamente bajos, que van del 0,001 al 0,002 por ciento del peso total del cultivo.
En cuanto a la preocupación de que la nueva proteína desencadene alergias alimentarias, esta posibilidad es bastante predecible, siempre y cuando se realicen en forma exhaustiva los distintos tests destinados a evaluar el potencial alergénico de un nuevo producto alimenticio. "No es el método de modificación genética de los vegetales lo que puede llegar a convertirlos en potenciales alergénicos", destaca el doctor Alan McHughen, investigador del Centro de Desarrollo de Cultivos de la Universidad de Saskatchewan, en Canadá.
Por último, la posibilidad de que el gen que se le ha adicionado al vegetal sea transferido al genoma de un ser humano es extremadamente bajo, aunque no por ello nulo. Para el doctor Thomas, esta posibilidad es extremadamente remota por las siguientes razones: "el procesamiento de la materia prima del vegetal reduce la cantidad de ADN intacto en el alimento; pero aunque el alimento no sea procesado, existen muchos otros procesos en el aparato digestivo humano que lo degradan, destruyendo el ADN".
Todos los especialistas consultados coinciden en que el impacto que la modificación genética de los alimentos tiene sobre el medio ambiente no debe ser medido en relación con un ecosistema virgen o ideal, sino que debe ser comparado con la situación real de las tierras que se hallan cultivadas en la actualidad. Ya el sólo hecho de reducir el empleo de sustancias tóxicas para el ser humano y los demás integrantes del ecosistema, como lo son los herbicidas y los pesticidas que se utilizan rutinariamente en la actualidad, constituye un paso positivo.
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